El país se suma a otros que ya ofrecen iniciativas para profesionales que busquen conocer el mundo mientras trabajan.
Italia es un destino ideal para nómadas digitales. Y es que desde abril, el país mediterráneo se unió al selecto grupo de naciones que ofrecen visas para aquellos que desean combinar el trabajo remoto con la exploración de sus encantos.
Para obtener este visado, los solicitantes deben cumplir con una serie de requisitos rigurosos. Primero y principal, deben demostrar ser “altamente calificados”, realizando actividades laborales que requieran el uso de herramientas tecnológicas para trabajar a distancia. Esto puede incluir tanto a trabajadores autónomos como a empleados de empresas, siempre y cuando su trabajo se pueda realizar fuera de las fronteras italianas.
La barrera financiera también es un factor a considerar. Los aspirantes deben contar con un salario anual mínimo de 28.000 euros (aproximadamente 30.000 dólares), proveniente de cualquier fuente de ingresos, no necesariamente del trabajo a distancia. Además, se requiere poseer un título universitario o una licencia profesional, junto con al menos seis meses de experiencia laboral en el campo en el que desean trabajar de forma remota.
La documentación necesaria incluye pruebas de alojamiento en Italia y cobertura sanitaria en el país, ya sea mediante un seguro privado o a través del Servicio Nacional de Salud italiano, este último con un costo de 2.000 euros al año. Además, los solicitantes deben estar preparados para proporcionar evidencia de buena conducta, ya que cualquier condena por delitos penales en los últimos cinco años resulta en descalificación automática.
CÓMO TRAMITAR LA VISA
El proceso de solicitud debe iniciarse en el consulado italiano local del país de origen antes de llegar a Italia. Una vez obtenido, el visado tiene una validez de un año, con la posibilidad de renovación.
Al llegar a Italia, los beneficiarios tienen ocho días para solicitar el permiso de residencia, conocido como permesso di soggiorno. Para los trabajadores autónomos, también es necesario obtener un número de IVA fiscal italiano y familiarizarse con las obligaciones fiscales locales.
Italia se une así a países como Japón en su esfuerzo por atraer a trabajadores extranjeros con ingresos elevados, con la esperanza de impulsar su desarrollo económico.