Existen claves para incluir en la rutina diaria y alcanzar el bienestar emocional. Los detalles en la nota.
Durante los últimos 30 años, la felicidad dejó de ser un concepto difuso, cultivada y pensada por filósofos desde para pasar a ser un tema de interés de estudio para la ciencia. En ese sentido, las Naciones Unidas declaró oficialmente el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad.
Esta fecha fue elegida para reconocer la importancia de la felicidad y el bienestar como objetivos universales en la vida de las personas en todo el mundo.
¿Qué hacer en nuestra vida diaria para acercarnos a la felicidad? ¿Podemos cambiar algo? Hay formas cada vez más probadas científicamente de aumetar el bienestar emocional, con variadas técnicas para ayudar a la gente a ser más optimista, a vivir más y mejor. Acá te dejamos algunos hábitos que la promueven.
1. Las relaciones personales, un factor clave
Martin Seligman, considerado como el padre de la psicología positiva, tiene una vasta trayectoria investigando sobre la felicidad. Seligman fue director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania, presidente de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), y autor de reconocidos libros en la materia. ¿Cuáles son sus recomendaciones?
Según explicó en la Cumbre de la Felicidad en Miami, en 2022, las principales claves que identifica son desarrollar habilidades para aprender a lidiar con el fracaso, apreciar las cosas buenas de la vida y cultivar las relaciones humanas.
Las relaciones cercanas, más que el dinero o la fama, son las que mantienen felices a las personas durante toda su vida, reveló un estudio de la Universidad de Harvard.
2. Placeres cotidianos propios
Buscar el propósito o el proyecto personal también es un poderoso promotor de la felicidad. Identificar las pasiones, valores y metas personales, y trabajar hacia su realización, puede proporcionar una sensación de dirección y satisfacción que contribuye a una vida más plena y feliz.
“Algunos hábitos que pueden coadyuvar a la cuestión de la felicidad son todos aquellos que apuntan a promover sensaciones de plenitud. Es decir, todas las actividades que promuevan dicha sensación, van a estas asociadas a un gran sentimiento de bienestar. O sea, a un sentimiento de ser uno mismo”, señala a Infobae Daniel Antar, licenciado en Psicología, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina y autor del libro Acerca de la felicidad. Del placer al bienestar.
3. Buen descanso y cuidado del cuerpo
Un reciente metaanálisis coordinado por Cara Palmer, investigadora de la Universidad Estatal de Montana, arrojó luz sobre cómo la calidad del sueño afecta directamente el estado emocional de los individuos.
Este estudio, publicado en la revista Psychological Bulletin, reúne los resultados de 154 investigaciones realizadas a lo largo de los últimos 50 años, con un universo de 5.715 participantes provenientes tanto de Europa como de EEUU. En el estudio se evidencia una correlación negativa entre los tres tipos de interrupción del sueño que analizaron y la manifestación de emociones positivas, tales como la felicidad, la alegría y la satisfacción.
“Dormir es importantísimo como hábito para la felicidad porque son momentos para guardar pensamientos, las memorias a largo plazo y nos reactiva nuestras defensas y la conservación de la salud”, explica.
4. Ejercitar la gratitud
Tomarse el tiempo para apreciar las cosas buenas de la vida y expresar gratitud por ellas puede tener un impacto significativo en la felicidad. Mantener un diario de gratitud, donde se anoten las cosas por las que se está agradecido cada día, puede ayudar a cultivar este hábito.
La práctica de la gratitud y su efecto sobre la neuroquímica del cerebro fue objeto de estudios recientes que demuestran cómo este gesto puede provocar una liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, conocidos por mejorar el ánimo.
5. Enfrentar los fracasos y cultivar la resiliencia
La práctica de la resiliencia es fundamental para alcanzar la felicidad y el bienestar emocional. La resiliencia se refiere a la capacidad de recuperarse y adaptarse frente a la adversidad, el estrés y los desafíos de la vida. Construir la resiliencia implica desarrollar habilidades y estrategias que nos permitan enfrentar las dificultades con una actitud positiva y constructiva.